Reseña #163: La buena hija - Karin Slaughter





Título: La buena hija 
Autor: Karin Slaughter 
N° de páginas: 512
Editorial: Harper Collins 
Calificación en GoodReads: ⋆ ⋆











Hace 28 años, la feliz vida familiar de Charlotte y Samantha Quinn fue destrozada a causa de un terrible ataque. El cual le quitó la vida a su madre. Dejó a su padre, el abogado de defensa más afamado de Pikeville, devastado. Y destruyó a la familia irreparablemente, consumida por los secretos de aquella terrible noche.
Veintiocho años más tarde, Charlie se ha convertido en abogada, tal como su padre. El arquetipo de una buena hija. Pero cuando la violencia llega de nuevo a Pikeville, y una tragedia estremecedora deja a todo el pueblo traumatizado, Charlie se encuentra en una pesadilla. No sólo es ella la primer testigo de la escena, pero es un caso que trae a la luz los terribles recuerdos que durante tanto tiempo ha tratado de olvidar. Porque la verdad impactante sobre el crimen que destruyó a su familia casi treinta años atrás no se permanecerá oculta por siempre...







Hola, chiquitos de misterio, hoy voy a despotricar contra el segundo libro de Karin que no me ha gustado, el tercero de los que he leído de esta autora. 

Si bien mi primera lectura de ella fue muy alabada (por mí), la segunda y esta tercera han resultado ser uno más del montón, cosa que me da tristeza y me hace sentir como un engaño con las recomendaciones que había tenido de los títulos de Karin. 



«Nada se disipaba por completo. El tiempo solo conseguía embotar el filo cortante del dolor» 



La Buena Hija tiene un título que no le calza, porque la verdad es que jamás la entendí, diré que engancha el hecho de la tragedia que la familia Quinn sufre a manos (o cuerpos) de los Culpepper, una porquería de personas que existen en su mundo de letras, y que fractura para siempre las vidas de Charlotte (Charlie), Samantha (Sam) y Russell (Rusty), haciendo que sus vidas tomen rumbos distintos por 28 años y que una tragedia parecida a la suya los ponga de nuevo en el camino del otro. 

Si bien es obvia la línea de seguimiento en cuanto a que ellos deben unirse para resolver el problema que se presenta, tal cosa no sucede hasta las páginas finales, así que me tragué página tras página de sucesos horribles que me tuvieron con pesadillas, constantes flashbacks, muchas vueltas a la misma situación en ojos de distintos personajes para que al final todo fuera como: “Saben qué…ya no sé para dónde girar mi historia, mejor aquí la dejamos” y como tal, se acaba de un capítulo a otro. Sin explicaciones, sin clímax, con mucho cabo suelto y con un motivo de crimen más estúpido que los mismos chistes que suelo hacer yo. 



«Las cosas espantosas eran mucho más fáciles de digerir cuando las despojabas de emoción» 



Si algo puedo rescatar es la construcción del hecho en la memoria de cada personaje, ya que, habiendo compartido tragedia, en los escasos minutos que no estuvieron juntos ese día, cada uno tuvo su momento de terror específico que, cuando revela cada quien, me creaba unos nudos en la garganta y un ardor en los ojos que era difícil contener (gracias al cielo vivo sola, sino que vergüenza mi llanto escandaloso) y que es un trauma con el que de hecho ahora vivo, porque la tendencia a ser tan gráfica de la autora hace que en serio pienses que lo viviste o mínimo lo viste en algún lugar, casi casi la pluma de Satanás esta mujer, así que por eso quedó en nota media, cumple el cometido (conmigo) de jugar con mi mente aun después de semanas de haberlo leído. Bien ahí, Karin. 

En fin, eso es todo, si alguien ya lo leyó espero se anime a contarme su parte favorita o de mayor susto, o si alguien está interesado en leerlo no se desanime, yo empecé con una historia que me impactó y dejó los estándares muy arriba y es por eso que siento que no lo ha vuelto a llenar con los siguientes que leí, pero esa soy yo, así que no se dejen llevar por mi opinión. Si acaso quieren que les resuelva alguna duda o así, ya saben dónde encontrarme (links en los iconos debajo del encabezado). 

¡Hasta pronto, bebés blogueros! 



«Te quiero y sé que me quieres, pero, cada vez que nos vemos, vemos lo que ocurrió y ninguna de las dos podrá seguir adelante mientras sigamos mirando atrás»