Reseña #464: Matar a una amiga - Lee Kkoch-Nim
Una novela que lleva más de tres años en la lista de libros más vendidos de Corea, y otro gran éxito de Lee Kkochnim, una de las autoras más representativas de la literatura juvenil coreana.
«Los hechos no importan. Lo que la gente cree se convierte en verdad»
Juyeon y Seoeun son amigas íntimas. Un día, después de mantener una gran discusión, aparece el cuerpo sin vida de Seoeun, y Juyeon es arrestada como principal sospechosa. Pero, por alguna razón, Juyeon es incapaz de recordar nada acerca de ese día. Un periodista se hace eco de la noticia, que conmociona a la opinión pública, y las emisoras compiten por emitir programas especiales sobre ella, publicando titulares sensacionalistas. A través de numerosas entrevistas con personas que testifican sobre la relación entre las dos amigas, la historia se desarrolla en un torbellino de acontecimientos que desemboca en un final sorprendente e impredecible.
Con esta obra, un éxito de ventas y de público en Corea desde su publicación, Lee Kkoch-nim plantea una advertencia escalofriante sobre una sociedad donde la verdad es manipulada sin tener en cuenta sus consecuencias.
Matar a una amiga es el segundo libro que leo de la autora coreana es Lee Kkoch-nim, su historia anterior me dejó una huella significativa en mí y me dio el impulso para tomar decisiones importantes en mi vida este año por lo que no dudé en leer este nuevo título. Tenía muchísimas expectativas y aunque no supera a 'Cruzaré el tiempo por ti' pero aun así, ha sido una historia increíble y con un mensaje muy importante.
En esta nueva narrativa la autora nos comparte lo que no es solo una historia sobre la amistad rota, la culpa o el misterio que rodea una pérdida sino que es, sobre todo, un espejo que refleja lo cruel que puede volverse el juicio colectivo cuando la empatía se apaga. La autora construye una narración inquietante, donde las voces externas que se encuentran en las redes sociales, los rumores, los desconocidos que opinan sin conocer se convierten en un personaje más: uno poderoso, invasivo y destructor.
Mientras leía, no podía dejar de pensar en cómo esas voces se parecen tanto a las que habitan nuestro propio entorno: las que moldean reputaciones, las que deciden quién merece compasión y quién no, las que condenan sin comprender. Me di cuenta de que, en distintos momentos, yo también he permitido que las palabras de otros guíen mis percepciones; he creído versiones, me he distanciado de personas sin conocer su verdad o incluso he contribuido sin intención a reforzar una imagen injusta de alguien.
El libro me dejó una sensación de incomodidad, pero también de despertar: una necesidad de mirar con más cuidado, de preguntar antes de asumir, de no convertirme en eco de juicios ajenos. Me hizo pensar en las veces que ignoramos señales sutiles de peligro o de dolor, porque el ruido del entorno nos distrae de lo esencial: la presencia humana, la escucha real.
Lee Kkoch-Nim logra que la historia duela, pero también que ilumine. Con un lenguaje sencillo y una tensión emocional constante, la autora nos recuerda que detrás de cada “tendencia” o rumor hay una vida que sigue respirando, sintiendo y siendo afectada por lo que decimos.
Al cerrar el libro, me quedó una certeza serena: las palabras pueden salvar o destruir, y somos más responsables de lo que creemos de las vidas que tocan las nuestras, incluso cuando solo hablamos de ellas.
Una vez más, gracias por continuar visitando este espacio y por seguirnos en las redes donde compartimos más contenido, se acerca el final del año así que seguiremos aquí, ¡hasta pronto! ❤
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