Reseña #315: Jugar la vida, Tata - Marcela Bracho Fuente






Título: Jugar la vida, Tata
Autor: Marcela Bracho Fuentes
N° de páginas: 237
Editorial: SéLector
Distribuidor en México: SéLector






A través de estas páginas, el misticismo milenario de la India baila y se entrevera sin censura con la mexicanidad alegre y la orfandad dolida de la protagonista. Su curiosidad insaciable es una esponja que absorbe, un pincel que pinta, un oído aguzado que recoge rumores entre las piedras y la opulencia palaciega de imperios remotos; una nariz que olfatea los caminos pletóricos de especias, inciensos, delicias, excreciones y podredumbre. Recomiendo acompañar esta lectura con pañuelos desechables. Se utilizarán para enjugar una que otra lagrimita causada por la risa, por el modo en el que el amor entre padre e hija se manifiesta… y allá por el final, cuando un destello de divinidad se asoma, si sabemos verlo.





Hola, muchachitos del amor ❤
¿Cómo están hoy? Por acá hace demasiado calor pero, como siempre, estoy en mi patio trasero odiando el ruido tremendo que hacen los perros de mi vecino. En serio, me gustan los animales y todo pero no entiendo cómo pueden vivir con el escándalo de tres perros enormes en tan poco espacio, en fin, así la vida. 

Hoy les cuento sobre este libro que es más como una carta extensa de la autora para su padre pues tenía ya un viaje en puerta al momento en que su padre, repentinamente, muere. Así que, aquí vamos...

Más que un testimonio de viaje a la India profunda, es un diálogo entre una hija y un padre

Jugar la vida, Tata es una carta extendida de la autora Marcela Bracho en la que nos cuenta su viaje junto a una de sus hijas, en las que cada lugar le ayuda a asimilar un poco la pérdida repentina de su padre, a quién amó y la amó. 

Es bastante conmovedor saber que hay personas que tienen ese nivel de conexión con sus progenitores, no es algo en lo que yo pueda identificarme pero sí me despierta una admiración (y ahora un miedo) enorme al conocer que hayan familias así de compenetradas.

Marcela Bracho toma rumbo a la India tan solo unos días después de que su padre sufriera un infarto y durante la travesía cuenta cómo actuaría su padre de estar allí con ella, lo que habría dicho, aquello que le habría enseñado con tan solo su capacidad de ser, por la figura tan grande que era en su vida y en la de toda su familia.

Este es un libro muy sentido, en el que si bien no se suelta sí de acepta la ausencia de un ser tan amado por todos pero sobre todo de la marca que un padre puede dejar en una hija, algo que, en lo personal, considero que podemos notar en todo rasgo e incluso en decisiones de la vida. 

Honestamente es un poco difícil emitir una opinión con respecto a historias tan personales como este pues habría que desvelar más de un aspecto propio para intentar darle sentido y el gran obstaculo es que no todos tenemos las mismas experiencias, empatía o modo de pensar así que, a consideración dejo lo que la expresión "carta de despedida" puede significar para cada lector de esta entrada.

Muchas gracias por continuar pasando a comentar y por el apoyo en redes sociales, ¡los leo en todos lados! Un beso enorme....y les cuento, está nublándose, parece que si llueve alguien se pondrá Crepúsculo por millonésima vez porque mood 🍎